Sostenibilidad
Curtir pieles es reciclar. Las pieles de los animales muertos son un residuo de la industria alimentaria, un residuo no comestible, que se estropea y se pudre con mucha rapidez. La industria de la piel se encarga de procesarlo y transformarlo en un material duradero, resistente, impermeable, transpirable y termoadaptable, útil para la fabricación de objetos.
La naturaleza nos inspira con sus colores y texturas, convirtiéndose en una fuente inagotable de inspiración. Trabajamos todo lo que la naturaleza nos ofrece: pieles, tintes, materias primas… por eso la respetamos y queremos devolverle lo que nos da, esforzándonos en ser cada día más verdes en nuestros procesos.
Certificado Leather Working Group:
Leather Working Group (LWG) es una organización sin fines de lucro que trabaja para construir un futuro sostenible, a través de mejores prácticas y cambios sociales y medioambientales en la industria del cuero. Esta comunidad incluye actores de todas las partes de la cadena de suministro del cuero, que trabajan de forma conjunta y organizada para hacer realidad la producción y el abastecimiento responsable de cuero.
Leather Working Group nació en 2005 como una iniciativa de colaboración entre marcas de calzado, indumentaria y tapicería y fabricantes de cuero. Desde entonces, LWG ha sido el pilar fundamental para evaluar el impacto medioambiental de la producción de piel.
Trazabilidad de las pieles
En Font Palomas nos enfocamos en el cuidado del bienestar de los animales, razón por la cual hemos establecido un sistema de seguimiento para identificar el origen y el procedimiento de adquisición de nuestras pieles. Promovemos el consumo local, priorizando la excelencia de nuestra materia prima y estableciendo colaboraciones con los productores, con el fin de fomentar prácticas más amigables con el medio ambiente y contribuir al desarrollo sostenible de nuestro país.
Depuradora dels Blanquers en el barrio del Rec (Igualadina de Depuración y Recuperación SL):
Las curtidurías consumen grandes cantidades de agua durante el proceso de curtido de pieles y generan, además, aguas residuales con abundantes contenidos de materia orgánica, sulfuros y sal.
En Igualada, todas las curtidurías unieron fuerzas para crear una planta de tratamiento de sus aguas residuales, la Depuradora dels Blanquers, que utiliza un sistema biológico pionero en Europa. Actualmente, depura las aguas residuales de las 28 empresas que siguen en activo y es el pilar de un programa medioambiental que ha convertido esta industria en una industria más competitiva y más ecológica.
